ISSN: 1405-0234 • e-ISSN: 2215-4078
Vol. 11 (2), julio – diciembre, 2023
http://dx.doi.org/10.15359/rnh.11-2.1
Recibido: 20-06-2023 • Aprobado: 20-09-2023
Publicado: 28-09-2023
Licencia: CC BY NC SA 4.0

Un maestro entregado a la “danza española y el ballet clásico”


Entrevista a Cecilio Casas

Carlos Morúa Carrillo

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Fotografía 1
Cecilio Casas en pose, con vestuario listo para entrar a escena

Propiedad de Cecilio Casas

Introducción

En el marco del III Encuentro Internacional Artístico Humanista 2017 celebrado en la ciudad de Heredia, San Carlos, Limón y Guanacaste en el mes de abril, se invitó al maestro de ballet argentino Cecilio Casas para que comentara las experiencias que, a lo largo de más de 40 años de vivir en nuestra tierra, ha desarrollado. Ingresó a Costa Rica en el año 1970, en una época de gran efervescencia, donde se estaba transformando el país a través del estado benefactor. El Ministerio de Cultura comenzaba a dar sus primeros pasos. Y en el campo del ballet clásico era escasa y de manera privada la presencia, solamente estaban Flor del Carmen Montalbán con su estudio y Roberto Snobaal, impartiendo danzas españolas y folclore latinoamericano. En aquella época el ballet clásico era un campo muy poco trabajado, el ímpetu de este maestro y las ganas de dedicarse a la enseñanza lo invitaron a quedarse, con la firme convicción de que se podía realizar un trabajo serio, responsable y creativo para desarrollar la disciplina que se requería para alcanzar su propósito de impartir lecciones de ballet clásico, a la mayor cantidad de personas.

La visión que este maestro nos brinda, en su entrevista, nos transporta a épocas de gran crecimiento en el país y nos revela una serie de detalles valiosos de conocer para entender el desarrollo de esta disciplina.

Sin la menor duda don Cecilio Casas representa una de esas “Voces del Humanismo en el Arte”, donde destacan muchas en nuestro país, porque, a lo largo de su vida y a través de su trabajo artístico y cultural, ha promovido el desarrollo humanístico en nuestra sociedad. Don Cecilio murió el 28 febrero 2021, en la ciudad de San José.

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Fotografía 2
Programa de mano de su Escuela Teatro del Ballet Cecilio Casas

Propiedad de Cecilio Casas

Es importante conocer los actores de nuestra historia, que han ayudado a construir la Costa Rica moderna de hoy día, personas con gran talento y conocimiento que abrieron campos y oportunidades para desarrollar diversas expresiones, ofreciendo nuevas maneras de ver, entender y trabajar el conocimiento, el arte y la ciencia.

Cecilio Casas fue un bailarín y maestro de ballet clásico, nacido en Argentina y con muchos años de trayectoria en el ballet del Teatro Colón; también se dedicó al baile español, formando parte de la Compañía de la gran cantante y bailadora Lola Flores en España. Viajó por diversas partes del mundo, primero como integrante y luego, como director de la Compañía Española de Zarzuela, misma que le permitió llegar a pisar suelo costarricense en el Teatro Nacional.

Luego de pensarlo bien decidió radicar en el país, para ser maestro en el Conservatorio Castella, durante un año, contratado por don Arnoldo Herrera, en esa época no había mucho ballet en el país. Trabajó también con doña Damaris Fernández, quien le facilitó su academia. Luego decidió fundar su estudio, que por muchos años estuvo instalado en la famosa casa de los Trejos, ubicada por la línea del tren en San José, cerca del Museo Nacional. Con gran entusiasmo se dedicó a difundir y llevar el ballet clásico y las danzas españolas fuera de la gran área metropolitana; a ciudades como Pérez Zeledón y Guanacaste. Don Cecilio fue un aporte cultural de muy buena calidad, que llegó a nuestro país en una época donde prácticamente no había escuela en el nivel nacional y existían muy pocos estudios, como la academia de Flor del Carmen Montalbán, por ejemplo.

Como artista profesional y conocedor de su arte motivó a gran cantidad de niños y adolescentes en el ballet clásico y las danzas españolas, en una época donde apenas estaban naciendo grandes instituciones como el Ministerio de Cultura, la Universidad Nacional o la Compañía Nacional de Danza. Muchas personas pasaron por su estudio y aprendieron de él, la técnica, el respeto por la disciplina, impartida, además, por una persona que había sido formada por un gran número de maestros como bailarín, que bailó en muchos teatros alrededor del mundo, con varias compañías. Esa experiencia la trajo y la inculcó, cuando empezó a enseñar a personas como Paulina Peralta y muchas otras niñas de clase, de este país.

Con la llegada a Costa Rica de este maestro se abren nuevos espacios de práctica y conocimiento en el arte del movimiento. Este fue un punto fundamental de crecimiento, de estímulo y sensibilidad en el arte de la danza, hacia el desarrollo de la técnica del ballet clásico y de las danzas españolas. Que se complementó con el esfuerzo del Estado costarricense, a partir de los años setenta, en la creación de diversas instituciones de cultura que van a dinamizar el arte y la cultura del país para las futuras generaciones.

Sin su aporte o grano de arena y el de muchos otros más, no se hubiera podido tener una formación alternativa privada, más allá de lo que se ofrecía en el país. Su huella cultural ha sido innegable, permitiéndoles a sus alumnos un crecimiento espiritual. Él se constituyó en un pilar, en una parte más de la estructura, que abrió nuevos horizontes; gracias a ellos, hoy se cuenta con los conocimientos y experiencia para poder crecer.

Con seguridad se puede afirmar que este maestro no dejó fundación ni compañía alguna, pero sus alumnos, gracias a su buena raíz, son su verdadero legado.

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Fotografía 3
Cecilio Casas junto a Lola Flores

Propiedad de Cecilio Casas

Entrevista a Cecilio Casas

CC: Cecilio Casas

CM: Carlos Morúa

CM: Buenos días, don Cecilio, muchas gracias por recibirme y permitirme hacerle esta entrevista.

CC: Con mucho gusto

CM: Siendo de una familia de 8 hijos, ¿de dónde viene la danza, de dónde viene el ballet?

CC: Yo tuve una tía que fue bailarina del Colón, fue bailarina de fila. Cuando ella iba a sus clases, yo era un chiquillo de 7 años, entonces me llevaba y me sentaba en un rinconcito mientras ella hacía clase, ella me pescó varias veces tratando de hacer los pasos que veía. Cuando cumplí 8 años me dice ¿Cecilio no quieres entrar? y sí me encantaba el ballet. Y ahí en el Colón se hace de todo, y prácticamente me fui yo y ahora que va a pasar con mi papá pensé, que era abogado, entonces yo me fui los dos primeros años, mi papá no supo lo que hacía, la que sabía era mi madrastra. Mi madre la primera esposa de mi papá, murió cuando nació una de mis hermanas, somos tres del primer matrimonio y cinco del segundo, prácticamente mi papá murió muy joven también. Yo veía a mi tía haciendo los trabajos, cosiendo las zapatillas de ballet, porque no había como ahora, ella me llevaba y a mí me encantaba. Ella me inscribió en el teatro y mi papá iba a ver los estrenos, le gustaba ir a ver eso, para ese tiempo yo ya estaba más grande. Un día en mi casa mi papá ve un programa de mano, entonces pregunta, en la mesa estábamos todos, aquí hay un Luis Casas, le dice a mi hermano estás yendo, y mi hermano le dice que no, y mi madrastra dice, es Cecilio y mi papá dice bueno, yo no le voy a poner ningún problema porque estudie ballet, pero acuérdese que hay una cosa, tiene que ser bueno, si no es bueno no sirve, busca otra cosa, y me dijo que no podía dejar los estudios de nada. Mi papá era mi primer admirador.

CM: ¿Don Cecilio usted tiene otros estudios?

CC: Si yo saqué Economía Política, por darle gusto a mi papá, porque no me sirvió nunca de nada. Me gustaba la discusión, la cosa.

CM: ¿Y en el Colón, cuánto tiempo bailó?

CC: Desde los 8 años entré a clases a la escuela de ballet del teatro Colón en Buenos Aires, Argentina, me gradué solamente de ballet, todos tienen que bailar folclor argentino, y había que hacer contemporáneo y a mí no me gustaba y lo peor es que era gente que venía de afuera, igual me sirvió de mucho y no era contemporáneo, era danza moderna, estuve en la escuela del ballet hasta los 17 años, un año después entré al cuerpo de baile y luego pasé a la categoría de primer bailarín.

CM: ¿Cuánto tiempo estuvo ahí?

CC: Estuve prácticamente hasta los 34 años. Y en esa época viajé por varias partes del mundo, en los grandes teatros oficiales. La carrera de un bailarín es corta, entonces yo me dediqué a la danza española y salí del teatro Colón, entonces vino una gente del Teatro Avenida, que es el teatro español por excelencia, allí venía Lola Flores.

CM: ¿Estamos hablando de qué año?

CC: Yo tenía en esa época 35 años, ahora tengo 88 años.

CM: ¿Prácticamente usted se sabe todas las variaciones del ballet?

CC: Yo sé todos los ballets habidos y por haber. Esto que hace la carrera, yo la admiro por eso, es que el ballet es para profesionales. A mí me gusta trabajar con el alumno, yo voy a hacer tanto en la barra como en el centro, primero yo lo hago adelante y después voy corrigiendo, hay una variación yo la hago, usted mire lo que hago yo para ver lo que va a hacer usted.

CM: Se puede decir que cuando usted dejó el Teatro Colón, ¿usted se sentía satisfecho, o más bien agotado de estar ahí?

CC: Si ya era, ¡qué linda va a ser la función!, ya era una cosa un poco cansona, en un mes usted bailaba un montón de veces; mañana hay ópera, pero pasado hay ballet, pero, en la mayoría de las óperas hay ballet, los de la escuela son los tercero o cuarto año, ya tienen que aprenderse los bailecitos, eso le lleva a uno mucho tiempo, había días que uno entraba en la mañana, (usted puede comer, en el mismo teatro hay de todo), pero ya llegaba la tarde, se ensayaba y se preparaba para la función. Y ya en los teatros oficiales, la carrera de un bailarín no es larga, es corta, entonces yo me dediqué a la danza española y me salí del Teatro Colón.

CM: Y es contratado por Lola Flores para bailar en su compañía.

CC: Sí, me contrata.

CM: ¿Para bailar en Argentina o en España?

CC: Yo me voy de Argentina para bailar en España con Lola Flores, ella me ofrece llevarme y estuve bailando en su compañía por espacio de 5 años. Después Lola se va a descansar un tiempo y me dice que, en la Compañía Española de Zarzuelas hay una oferta, que necesitaban un primer bailarín y prácticamente un coreógrafo. Yo acepté de inmediato, porque esta compañía viajaba por distintos países.

CM: ¿Tuviste la oportunidad de girar con la compañía por América Latina y pasaste por Costa Rica?

CC: Yo vine en dos oportunidades a Costa Rica y Centroamérica con la compañía y se presentó en el Teatro Nacional; la primera como bailarín, en la segunda, además de bailarín era el coreógrafo y estuve un mes en el Teatro Nacional, estando allí vino doña Damaris Fernández Pinto y me dice: Cecilio por qué no se queda y trabaja en mi escuela, de danza española, pero usted puede dar ballet, o folclor latinoamericano. Esto, porque ella estaba embarazada de una de las muchachas de ella, entonces digo: “me voy a quedar por unos meses acá” y, al final, me quedé por un año. Claro al pasar el tiempo me puse a pensar, yo ya tengo que descansar, ya he trabajado mucho, entonces me quedé un poco más y ese poco más se hicieron hasta los cuarenta y tantos años. Decidí quedarme, vi que acá el ballet, en esa época, era demasiado pobre. En esa época el que daba clase era Roberto Snobaal, y doña Flor de Carmen Montalbán, esta señora tuvo toda la sociedad de San José que hacía clases con ella. Yo compré una casa que estaba en la avenida segunda, diagonal al museo y en ella yo puse la escuela de ballet, que, prácticamente, la mayoría de la gente vinieron a estudiar conmigo.

CM: ¿Actualmente ya no existe esa casa?

CC: Esa casa era de los Trejos, con los años esa parte de San José se puso muy peligrosa y aparte me pasaba el tren por la puerta, tranquilamente el tren me pasaba por la puerta. Me gustó mucho la casa porque tenía dos plantas, era linda, teníamos hacia abajo unas escaleras y la casa de ellos quedaba en el fondo, y yo ahí puse el estudio.

CM: ¿Cuántos años estuvo usted con doña Damaris?

CC: Un año solamente, porque yo abrí mi propia escuela ahí en la avenida segunda, porque prácticamente yo necesitaba mi espacio y me había decidido quedarme en el país

CM: ¿Cuándo puso la escuela, la puso de ballet y de danza española?

CC: Impartía clases de ballet, de folklore latinoamericano, de danza española, enseñaba de todo. Inclusive cuando vinieron compañías de Buenos Aires, con compañeros míos del Teatro Colón a bailar al Teatro Nacional, me dijeron que yo era un enfermo mental, porque me quedaba en Costa Rica teniendo una carrera por delante. Pero me dije, yo ya bailé lo suficiente, ahora me voy a dedicar a la enseñanza.

CM: ¿Usted impartió clases en el colegio Castella?

CC: Estuve un año completo en el Castella, enseñando solo ballet. Solo un año nada más, porque Don Arnoldo quería que las muchachas ya salieran bailando ballet en un año. Y yo le dije mira esto no se puede hacer así, porque necesitas un primer bailarín, una primera bailarina para cualquier espectáculo grande que se desee montar. Entonces le dije que yo no iba a continuar más con él y le recomendé a una alumna para que tomara esa tarea, y esa persona fue Rusalka Rodríguez, que logró llegar a jubilarse en el Castella como maestra. Incluso, en algunas ocasiones cuando iba a bailar fuera del país, a lugares como El Salvador, Panamá o Nicaragua me acompañaba Rusalka de pareja mía, ella era muy buena como bailarina.

CM: Don Cecilio, cuando usted empezó aquí, ¿hacía espectáculos?

CC: Todo el tiempo hacía espectáculos y viajaba, daba clases en todo lado, en Cartago, Pérez Zeledón, en un montón de lados. Y hasta los domingos daba clase. Yo iba un sábado a clases en Cañas, cuando ya regresaba de Cañas había gente en la puerta esperándome para darle clases. Yo trabajé muchísimo… Yo todo el tiempo realicé espectáculos, siempre, al final del año había un espectáculo, ponía ballet, danza española o ponía alguna cosa de folclor latinoamericano, porque todo eso yo ya lo había estudiado en el Colón. Nosotros teníamos también maestra de folklore, no solamente ballet y un poquito de español, porque en el Colón a veces se daban obras, justamente de tendencia española.

CM: ¿Usted con el Colón recorrió el mundo?

CC: Bueno, el Colón, por lo general, cada tres o cuatro años se iba de gira a Europa y se bailaba por todas partes, pero solo ballet clásico.

CM: ¿Usted conoció al maestro Julián Calderón?

CC: Ahí fue donde yo conocí a Julián Calderón, en Europa.

CM: ¿Que estaba haciendo el maestro?

CC: En esa época estaba en la Ópera del Marqués de Cuevas y estaban dando funciones, hacían gira todo el tiempo, era una compañía muy fuerte. La casualidad, que después yo vine a quedarme al país, fue cuando Calderón ya se vino al país. Porque Calderón no hizo su carrera en Costa Rica, la hizo en Venezuela, él estudió con una gran maestra rusa que había en Venezuela. Él hizo toda su carrera ahí y después se fue para Europa.

CM: Y cuando usted llegó aquí, a Costa Rica, a quedarse, que doña Damaris le ofreció el trabajo, ¿qué era lo que había en el nivel de autoridades culturales, recuerda, ya se había creado el Ministerio de Cultura?

CC: Sí, estaba este señor que fue ministro, Guido Sáenz y ya estaba el Ministerio de Cultura.

CM: ¿Usted nunca habló con él para abrir una compañía o escuela de ballet?

CC: Yo hablé con él cuando se hizo la Compañía Nacional de Danza, él me llamó y me dijo: “Don Cecilio vamos a hacer la Compañía Nacional de Danza”. Pero prácticamente yo sentí que estaba como agarrarlo ahí y no cabía en eso. Sí conocía a todos, yo conocí a Mireya Barbosa, inclusive yo le monté en aquella época unos bailes latinoamericanos para alguna función que ella quería hacer, hasta le presté los ponchos que yo tenía para esas funciones, para hacer un carnavalito, se lo monté. Éramos todos como amigos, pero no de visitarnos. Con Roberto Snobaal yo lo conocí, porque prácticamente, era una persona muy conocida. Una cosa, yo siempre fui como un bastión aparte.

CM: ¿Usted sabe qué nacionalidad es don Roberto Snoboaal?

CC: Él nació en Cuba, luego su padre se vino aquí, porque era el chófer de un embajador de Cuba y después se vino la familia, pero él es nacionalizado costarricense.

CM: ¿Pero cuando usted llegó aquí, él estaba trabajando acá?

CC: Él se vino de niño y aquí se quedó y después murieron sus padres y no se fue nunca más a Cuba.

CM: ¿Don Guido Sáenz le ofreció la compañía y por qué no la aceptó?

CC: No, porque no era mi trabajo, porque era danza moderna.

CM: ¿Usted no le planteó la posibilidad de abrir un cuerpo de ballet?

CC: Yo le dije a Guido Sáenz: “mire don Guido, yo creo que usted está agarrando el rábano por las hojas”, sí, porque estaba abriendo una escuela de danza contemporánea de ballet, que en aquella época no tenía nada que ver con nuestro ballet, y toda esa gente tenía odio al ballet, nadie quería ballet. Le dije: “por qué no hace una escuela de ballet general e incluye eso otro también, lo moderno, pero la base es el ballet”. Pero no lo hizo y ahora, con el paso del tiempo me dieron la razón, la compañía ¿qué hace ahora?, da clase a sus bailarines de ballet. Inclusive, toma gente que tenga un estudio fuerte de ballet, cosa que no existió en esa época.

CM: Por cierto, ¿cuál es su opinión de, por qué nuestro país no puede tener una compañía de ballet?

CC: Porque yo creo que el Ministerio de Cultura no se ocupó de eso, porque yo le dije: “se puede traer profesionales clásicos, yo conozco la gente que se necesita, que vendrían a impartir las clases, si se lograra conseguir todo lo necesario para hacerlo”. Pero no me hicieron caso.

CM: ¿Usted podría mencionarme en cuales programas de televisión ha participado?

CC: Con Chungaleta, porque yo le montaba baile a las chiquillas para el programa Chungalandia, que dirigía don Antonio Menéndez, que las hijas de él estudiaron conmigo. Aparte, en ese tiempo yo di clases de ballet por mucho tiempo en televisión, en el programa que tenía Doña Inés Sánchez, que se llamaba Teleclub, ella me hacía un espacio ahí y yo daba clases de ballet, Inesita la hija de Inés Sánchez fue alumna mía. También participé en el programa Las Estrellas se Reúnen, que dirigía Don Santiago Ferrando y lo acompañaba doña Inés Sánchez, en ese programa yo hice presentaciones grandes. Así que, prácticamente, estos años no me los pasé sentado.

CM: ¿Y cuénteme una cosa don Cecilio usted sacó a alguno de los grupitos que tenía, de viaje por Centroamérica?

CC: No, no, no, no, no, yo hice alguna presentación en Panamá con Rusalka Rodríguez, eso era una cosa que yo lo tenía como de vez en cuando...

CM: ¿Recuerdas el nombre de alguna otra de las bailarinas?

CC: ¿Sabes qué?, en esa época yo lo que tenía era toda gente de la sociedad de este país, de varias familias ricas, eran las que venían mucho. El otro grupito que tenía era de alumnas que no podían pagar.

CM: ¿Y usted participó en espectáculos en el Teatro Nacional y el Melico Salazar?

CC: En el Melico todo el tiempo.

CM: Don Cecilio, ¿era muy indisciplinada la gente en la clase?

CC: Yo estaba acostumbrado a cómo se daban las clases en Buenos Aires, aquí era muy difícil meter en la disciplina, pero yo no les permitía nada, ni les permitía a las madres que se sentaban en un espacio grande, que yo tenía abajo en el salón, para esperar a las muchachas. Algunas les daba por meter la cuchara sobre lo que estaban viendo, un momentito, el maestro soy yo no usted y si viene aquí usted hace caso de lo que yo le digo, en eso yo era muy fuerte. Pero mantuve siempre una disciplina muy fuerte.

CM: ¿Cuántos años de formación cree usted que debe tener un país para poder llegar a tener un cuerpo de ballet?

CC: Mire aquí ya tendría que haber hecho un cuerpo de ballet, pero nunca el Ministerio de Cultura dio la base para eso.

CM: Pero ¿qué cree usted que son quince, veinte o veinticinco años?

CC: Yo no sé, pero aquí lo del ballet sacando las escuelas privadas o lo poco que se da en las universidades, no han logrado todavía hacerlo. Porque en una oportunidad quisimos hacer una especie de intento, con varias de las que daban clases acá, pero nos llevamos todos a las patadas y no salió nada.

CM: ¿Pero aquí hay talento para poder hacer eso?

CC: Aquí hay talento.

CM: Y haciendo una síntesis, dígame, ¿qué le ha dejado a usted el ballet aquí?

CC: Satisfacción de que abrí la puerta para que se hiciera ballet aquí, yo con la idea de que se hiciera una escuela de ballet, pero bueno, no se pudo, la idea estaba con PROMENADE, y no se pudo hacer. Una escuela oficial ya necesita otro espacio, ya es otra cosa, el Estado debe encargarse.

Yo ayudaría en todo, si alguna vez se hiciera algo de ballet donde el Estado esté involucrado. Donde la gente pueda hacer una audición y si no tiene condiciones físicas, quedar excluido, aunque sea el hijo de fulano. Hace rato que tendría que haber grandes bailarines y bailarinas en este país, pero claro, uno solo no puede hacer todo, hacer la clase y repicar la campana al mismo tiempo; es una lástima porque aquí hay talento, porque el país ya no pide, no es el mismo país cuando yo vine, que no había nada, ya hay que avanzar y el Estado no se ha ocupado de eso, para nada, está la Compañía Nacional de Danza, pero no voy a decir que se mueren de hambre, pero tampoco les pagan un gran sueldo verdad, porque todos los días tienen que estar ahí y los mandan a pueblos y toda la cosa. Yo siento que la Compañía es muy pequeña, no hay lugar, van a hacer audiciones y toman uno o dos, no hay para todos, ningún muchacho por más que le guste y toda la cosa, tiene que pensar que para vivir tiene que trabajar en otra cosa, no le dan el recurso para eso. Un bailarín del Colón, que entra al cuerpo de baile ya tiene un buen sueldo, hay filmaciones de películas y les pagan muy bien a los bailarines. Ahora hay bailarines que no sirven para el Colón, pero sirven para los lugares de distracción de otra cosa, por lo menos saben ya algo y tienen una entradita todos los meses, hay teatro de revista y muy importantes, y ganan más que los del Colón, no saben lo que saben los del Colón, pero son gente que se rinden a eso...

CM: Le agradezco este espacio, la amabilidad, la disposición, es una manera de conocer a todo un artista desde otro punto de vista.

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Fotografía 4
Reseña corta en programa de mano

Propiedad de Cecilio Casas

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