El curso lectivo inicia en Costa Rica marcado por desafíos críticos: 825 órdenes sanitarias que afectan a instituciones educativas, un presupuesto reducido, la ausencia de pruebas de idoneidad para docentes y un contexto de creciente violencia escolar. Ante esta situación, el Centro de Investigación y Docencia en Educación de la Universidad Nacional (Cide-UNA), hace un llamado a la sociedad costarricense a renovar el compromiso con la educación pública, por ser un pilar del desarrollo nacional, equidad y justicia social.

El sistema educativo público enfrenta múltiples retos que requieren una respuesta inmediata y coordinada, según advirtió Susana Jiménez, vicedecana del Centro de Investigación y Docencia en Educación (Cide-UNA). Este año, dijo, el presupuesto destinado a la educación es el más bajo de la década, lo que limita las inversiones urgentes en infraestructura, capacitación docente y programas educativos. Además, la falta de concursos para docentes recién graduados y la ausencia de pruebas de idoneidad dificultan el fortalecimiento de la calidad de la enseñanza.

Las 825 órdenes sanitarias vigentes en los centros educativos reflejan una problemática que impacta directamente las condiciones de aprendizaje de los estudiantes. Paralelamente, el aumento de casos de violencia en las aulas agrava la situación, afecta el ambiente escolar y provoca un desgaste emocional y profesional entre el personal docente, que enfrenta desmotivación frente a estas adversidades.

La educación pública, sin embargo, continúa siendo un eje central para el desarrollo nacional. A lo largo de la historia costarricense, ha sido la herramienta que ha permitido a millones de personas acceder a oportunidades, reducir desigualdades, y promover el progreso colectivo. Ante este panorama, cita Jiménez, existen experiencias internacionales con estrategias que podrían ser replicadas en el país.

En otros contextos, agregó la experta, se implementan programas educativos que integran a las comunidades en procesos de aprendizaje sostenibles. “La colaboración activa entre familias, comunidades y escuelas fomenta el capital social y la corresponsabilidad en la mejora del sistema educativo. Además, inversiones en educación temprana y en la calidad de los procesos en todos los niveles posicionan a la educación pública como un motor de bienestar colectivo y desarrollo regional”.

En el caso de Costa Rica, señala la experta, reivindicar la figura docente es clave para superar los retos actuales, ya que las maestras, maestros, profesoras y profesores desempeñan un rol esencial como agentes de cambio y es fundamental, además, fortalecer su compromiso y motivación. “Esto se puede lograr mediante programas de formación continua que incluyan liderazgo transformacional, desarrollo de competencias pedagógicas y tecnológicas, así como una reflexión crítica sobre el impacto social de su labor”, dijo.

Actores clave

Mejorar las condiciones laborales y salariales de los docentes también es indispensable. De acuerdo con la especialista, fomentar encuentros que permitan la reflexión profesional puede ayudarles a reencontrarse con su vocación y renovar su entusiasmo. Estas acciones son fundamentales para garantizar la sostenibilidad y calidad del sistema educativo a largo plazo.

El rol de las familias es igualmente crucial. Además, crear espacios accesibles y acogedores en las instituciones educativas facilita su participación activa en la educación de sus hijos e hijas. La capacitación para apoyar el aprendizaje en casa y su involucramiento en las decisiones escolares fortalecen el sentido de comunidad y la confianza mutua entre familias e instituciones.

Desde el Cide-UNA se hizo un llamado a la sociedad costarricense para defender la educación pública. Este sistema no solo impulsa el desarrollo personal, sino que es un motor de equidad, justicia social y progreso económico, además de promover la cohesión social.

“Cada familia puede apoyar activamente a sus hijos e hijas en el proceso educativo. Cada docente tiene la oportunidad de inspirar a sus estudiantes, incluso en los contextos más difíciles. Además, la ciudadanía en general debe cuestionar discursos que minimizan el valor de la educación pública, considerándola un gasto en lugar de una inversión estratégica para el desarrollo del país”, mencionó la vicedecana.

El inicio del curso lectivo 2025, agregó, debe ser un punto de partida para renovar el compromiso colectivo con la educación pública. Afirmó que este llamado no solo corresponde a los actores directamente involucrados en el sistema educativo, sino a toda la sociedad costarricense: la educación pública es un bien común que beneficia a todos y debe ser defendido con firmeza.

“Un país que invierte en educación invierte en su futuro. Renovar la esperanza y defender la educación pública es una tarea que nos compete a todos. Solo mediante un esfuerzo conjunto será posible garantizar un sistema educativo a la altura de las necesidades del país, que permita construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria”, concluyó Jiménez.

Las 825 órdenes sanitarias vigentes en los centros educativos reflejan una problemática que impacta directamente las condiciones de aprendizaje de los estudiantes. Foto con fines ilustrativos, Proyecto Colibrí.

El Gobierno, encabezado por la figura personalista de Rodrigo Chaves Robles, inicia este año con índices de popularidad inéditos. La labor del presidente es bien valorada por el 63 % de los ciudadanos, mientras que su gabinete cuenta con un 57 % de opiniones positivas, de acuerdo con la más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica.

La lista de tareas que tendrá la oposición es extensa y de compleja resolución para consolidarse como una fuerza competitiva contra quien sea ungido por el presidente Chaves para la candidatura a la presidencia de la república en el periodo 2026-2030. Ilustración Jeisson Sibaja Campos

Este panorama representa un reto mayúsculo para los partidos de oposición y sus candidatos, que comienzan a perfilar sus propuestas de cara a las elecciones presidenciales del 1º de febrero de 2026, y que buscarán distanciarse de las posiciones del Poder Ejecutivo.

Bajo este escenario, ¿qué debe hacer la oposición para consolidarse como una fuerza competitiva contra quien pueda ser ungido por el presidente Chaves? La lista de tareas es extensa y de compleja resolución.

Para José Andrés Díaz, coordinador del programa Umbral Político del Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional (Idespo-UNA), una adecuada estrategia de comunicación será clave para los candidatos, de manera que conecten con la audiencia. Sin embargo, considera que dicha estrategia no debe partir de la correlación entre un candidato y una marca. “Es ahí donde los partidos comienzan a fallar porque estamos hablando de personas. Tiene que existir una sustancia, una propuesta que refleje el ideario político que se quiere dar a conocer, más allá de una actitud o una frase”, manifestó.

Dentro de esa propuesta, los candidatos que presenten sus nombres al electorado deben tener claridad sobre el programa político, los mensajes clave y, sobre todo, comunicar con precisión cómo abordarán los principales problemas de los costarricenses. “No se trata de decir que quiero generar 150 mil empleos o reducir la pobreza a tal punto, sino de explicar cómo lo lograrán. No se trata de esperar a llegar al Gobierno para decidir qué política pública o reformas serán necesarias”, añadió Díaz.

Para el politólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR) José Daniel Rodríguez, debe haber primero una autocrítica interna en los partidos políticos para identificar qué han dejado de hacer en las últimas décadas y qué los ha desplazado del Poder Ejecutivo. En el caso del Partido Liberación Nacional, por ejemplo, esta agrupación acumula tres derrotas electorales consecutivas, mientras que el Partido Unidad Social Cristiana se acerca ya a dos décadas fuera de Zapote.

El experto señala que estos vacíos fueron aprovechados por partidos emergentes y outsiders políticos, como el actual presidente Rodrigo Chaves, quien asumió el poder sin una plataforma política establecida y con la cual, incluso, ya rompió todo vínculo.

“El descontento hacia la política tradicional hace que las personas busquen opciones más simples y que suenen diferentes. Así se posicionan mensajes atractivos, como ‘yo vengo de otro lado’, ‘no robo’, o ‘no soy igual’”, ejemplifica Rodríguez.

Dado que la fórmula del presidente se basa en su personalismo, ambos politólogos no descartan que algunos candidatos de oposición intenten aplicar esta receta, pensando que podría garantizarles el éxito electoral. Sin embargo, advierten que esta estrategia debe manejarse con cautela. “Podemos decir que existe una hipótesis de que el costarricense busca una figura y un discurso confrontativos, y es posible que veamos uno o varios candidatos que intenten emular esto. Pero yo tendría cuidado con ello. Recordemos que otros aspirantes al poder, en ocasiones anteriores, que usaban un verbo duro, no lograron llegar a la Presidencia”, comentó Díaz.

Rodríguez coincidió en que es poco conveniente cruzar la línea del irrespeto para confrontar o atacar a un adversario. En su lugar, los candidatos de oposición deben realizar un análisis profundo de las promesas incumplidas del Gobierno o de los sectores de la sociedad en declive, evidenciarlo y proponer soluciones.

En esa línea, los candidatos deben perfeccionar sus habilidades para conectar con las personas. “Se trata de tener una comunicación muy directa, como si le estuviera hablando a alguien del barrio, de la pulpería o a un amigo frente a su casa. Usar un lenguaje menos técnico, más coloquial y sencillo, incluso en los temas más complejos”, recomendó Díaz.

Por su parte, Rodríguez apuntó dos factores que podrían influir en las estrategias de los partidos para el periodo 2026-2030: la posible inscripción de muchas agrupaciones y una eventual renuncia de Rodrigo Chaves para acompañar a la diputada Pilar Cisneros en la proyección del candidato oficialista.

“Es probable que Costa Rica siga definiendo a su presidente en segundas rondas, al no alcanzar ninguno el 40 % de votos válidos en la primera vuelta debido a la dispersión partidaria. Esto debe ser considerado por las agrupaciones”, señaló.

Sobre el segundo punto, queda por ver si se concreta la renuncia y participación del mandatario. Al respecto, Díaz tiene reservas sobre la posibilidad de que la alta popularidad del presidente se transfiera automáticamente al candidato oficialista. “Es poco probable que alguien del gabinete tenga las mismas cualidades comunicativas de Chaves. Han intentado imitarlo, pero están muy por debajo en estilo, y será necesario evaluar cómo se preparan para la contienda electoral”, concluyó.

En suma, contar con un programa político sólido, una estrategia de comunicación efectiva, conexión con la audiencia, análisis crítico de los errores del pasado y vigilancia de los factores que podrían alterar el panorama político serán claves para determinar si la oposición está lista para enfrentar con éxito la senda electoral que comienza a despejarse.

Costa Rica se destaca no solo por ser un país verde, sino también por sus avances en Inteligencia Artificial (IA). Esta tecnología digital de punta atrae a costarricenses de diversas disciplinas, quienes la emplean para mejorar sus emprendimientos, organizar clases o proteger las cuentas bancarias de miles de usuarios.

Orlando Vega Quesada, viceministro de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), comentó en el programa de televisión de la Universidad Nacional (UNA), UNA Mirada, que Costa Rica es el primer país de Centroamérica en contar con una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), al abordar los usos y retos actuales de la implementación de IA en el país. Esta estrategia tiene como eje principal a las personas, ya que los valores éticos, la inclusión y la protección de los derechos humanos son fundamentales para aplicar esta tecnología de manera responsable y en pro del bienestar social.

Chile, Brasil y Uruguay ocuparon los primeros lugares en el segundo Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2024, elaborado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile, en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Costa Rica tuvo puntaje de 100 en el rubro del índice que mide la penetración de competencias asociadas con la IA en la fuerza de trabajo. Además, obtuvo buenos resultados en capacidades de cómputo, con lo que superó a Chile y Uruguay, así como en el apartado sobre el entorno emprendedor e innovación, donde también se posicionó entre los tres primeros lugares junto a los dos países suramericanos mencionados.

Allan Bejarano Sandoval, miembro del Capítulo de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (CAMTIC) afirmó que “hay mucho interés en desarrollar estas competencias y una gran capacidad en Costa Rica. El crecimiento es exponencial en los últimos tres años”.

Esto se confirma con los resultados de una encuesta de Microsoft, según la cual el 70% de las PyMEs costarricenses afirma que planean invertir en IA para sus empresas. Además, el 14% ya realiza inversiones constantes en esta tecnología y el 18 % ya completó toda la inversión que su negocio requiere.

Los panelistas enumeraron múltiples ejemplos de cómo esas inversiones en tecnología impactan nuestra vida cotidiana. Mencionaron, por ejemplo, los filtros de seguridad en aplicaciones bancarias, como el reconocimiento facial y la autenticación mediante huella digital; las aplicaciones en el sector salud, como la interpretación de imágenes médicas para la detección temprana de enfermedades y el uso de IA para mejorar la eficiencia operativa de los hospitales; y en el sector educativo, la organización de planes de estudio personalizados.

“Es importante pensar que la inteligencia artificial nos plantea retos que ninguna otra tecnología nos había presentado antes”, subrayó Willy Castro, académico de la Maestría en Tecnología en Innovación Educativa de la Escuela de Informática de la UNA. Castro considera que es fundamental invertir en la generación de competencias tanto para el acceso como para el uso y la apropiación de esta tecnología. Además, destacó la urgencia de integrarla en los currículos de todas las disciplinas, para que no sea exclusiva de quienes estudian carreras STEAM.

Por su parte, Óscar Castro Vargas, asesor académico del equipo de Formación Pedagógica y Aprendizaje Digital de la Vicerrectoría de Docencia de la UNA, enumeró el proceso de capacitación sobre inteligencia artificial que llevan a cabo con los docentes. “Comenzamos a organizar webinarios con expertos internacionales, como César Poyatos Dorado, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Su participación fue clave, ya que se encargó de formar al equipo interno de formadores de la universidad, y permitió desarrollar pautas efectivas para la capacitación de nuestros docentes”.

Además, la vicerrectoría creó la primera normativa institucional relacionada con el uso de la IA en los procesos educativos, publicada en enero de 2024, y conformó la comunidad de aprendizaje en inteligencia artificial, para integrar la IA en la docencia y promover una utilización ética, responsable y centrada en el ser humano.

En el panel también se destacaron los retos que enfrenta el país con el uso de esta tecnología, como la falta de acceso y la posible profundización de la brecha educativa y digital, ya que una parte significativa de la población aún no cuenta con conexión a internet.

Melissa Castillo Bach, coordinadora de la Maestría en Tecnología e innovación educativa de la Escuela de Informática de la UNA, mencionó que no solo es necesario acortar la brecha digital, sino también la brecha generacional. “En un estudio que acabo de finalizar, se indica que los millennials son quienes están utilizando más la inteligencia artificial, lo que nos hace pensar en qué sucede con las generaciones anteriores.”

Los panelistas destacaron la necesidad de desarrollar un marco legal que garantice la protección de los datos personales y respalde los derechos humanos. “Con la emisión de la estrategia, se promueve el uso de IA y la discusión legislativa en cómo generar los incentivos para promover la innovación, investigación y el desarrollo dentro de un marco normativo regulatorio”, indicó el viceministro Vega. El interés fundamental es crear las condiciones país para impulsar su uso en todos los sectores costarricenses.

Entre las personas que conoce de puntos de recolección de los RAEE, un 30% afirmó estar familiarizados con estos sitios cercanos a sus hogares, mientras que un 20% afirmó contar con información actualizada sobre los tipos de residuos eléctricos y electrónicos que se reciben.

La encuesta posee un 95% de confianza con un 3% de error de muestreo y abarca al 98% de la población. El cuestionario se construyó con apoyo del Ministerio de Salud, el Ministerio de Ambiente y Energía y el proyecto Residuos Electrónicos América Latina PREAL-Costa Rica.

Según el Acuerdo de París a la fecha, la humanidad debe ir reduciendo hasta eliminar el uso de combustibles fósiles en el 2050 y solo se ha ejecutado entre el 15 y 20%; de ahí la importancia de lograr una transición mucho más rápida. Foto Freepik

Un panel de expertos de diversas universidades latinoamericanas advirtió que, para evitar una tragedia planetaria, la humanidad tiene plazo hasta 2050 para limitar las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono (CO2). Esto impediría que el calentamiento global supere los 1.5 grados Celsius acumulados desde la era pre-industrial. Los combustibles fósiles son responsables de más del 75% de las emisiones globales de gas efecto invernadero (GEI) y del 90% de las emisiones de CO2 a nivel mundial.

Estos datos se conocieron en noviembre pasado, en el Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional (Cinpe-UNA), durante el seminario Más allá de los combustibles fósiles: desafíos y lecciones aprendidas, en colaboración con la Universidad de Sussex de Inglaterra.

Marco Otoya, director del Cinpe-UNA, expresó que el evento se enfocó en conocer algunas opciones para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, basándose en experiencias de otros países. En el caso de Costa Rica, destacó la necesidad de avanzar hacia una transición energética sostenible aprovechando más fuentes renovables de energía no solo para producir electricidad, sino también para la movilidad.

Los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) se originan a partir de la descomposición natural de materia orgánica como plantas, microorganismos, bacterias y algas, a lo largo de un proceso de transformación que puede durar más de 600 millones de años. Estos materiales se alteran bajo la corteza terrestre o el fondo marino debido al aumento de la presión y la temperatura del suelo.

Objetivo 2050

Carlos Larrea, académico de la Universidad Andina Simón Bolívar, de Ecuador, manifestó que el Acuerdo de París estipula que el calentamiento pre-industrial, no debe superar los 1.5 grados C de temperatura, ya que, de lo contrario, las probabilidades de preservar la civilización serían mínimas. “El mundo podría volverse inhabitable para cerca del 90% de la población humana”, agregó Larrea.

El académico ecuatoriano detalló que, aparte de las sequías e inundaciones actuales, provocaría la escasez de alimentos, pérdida dramática de biodiversidad por la extinción de polinizadores como las abejas, y la desaparición de los arrecifes de coral, esenciales para la vida marina.

Los datos señalan que, de la firma del Acuerdo de París a la fecha, solo se ha ejecutado entre el 15 y 20% de lo que se requiere hacer; de ahí la importancia de una transición mucho más rápida, donde la humanidad se ponga como meta a 2050 eliminar el uso de combustibles fósiles. “Es decir que el petróleo, el gas y el carbón, sean reemplazados por otros tipos de energía como la eólica, la solar, la geotérmica o la hidroeléctrica, entre otras. Es un proceso en marcha, pero avanza muy lento”, subrayó Larrea.

Protección de la Amazonía

Un esfuerzo por mitigar el impacto de los combustibles fósiles se ejecutó en Ecuador hace 18 años, cuando el gobierno presentó una iniciativa ante la Organización de las Naciones Unidas para dejar bajo tierra una enorme reserva de 800 millones de barriles de petróleo, ubicada en el campo ITT del Parque Nacional Yasuní, una de las áreas más biodiversas de la Amazonía.

Larrea comentó que esa fue la primera propuesta mundial respaldada por un acuerdo jurídico de Naciones Unidas, con el fin de no explotar las reservas de petróleo ubicadas en lugares donde el impacto ambiental debido a la extracción es sumamente alto.

Política Panamazónica

En vista de que la Amazonía es la selva tropical más grande del mundo y el lugar más biodiverso del planeta, Larrea externó que resulta vital la creación de una política Panamazónica, siempre y cuando, antes de 2030, la deforestación se detenga por completo. “Dicha política debe ser respaldada por los ocho países del territorio que conforman la Amazonía, con el fin de superar la destrucción causada por la actividad humana”.

El investigador agregó que a la fecha ya se perdió cerca del 20% de la selva amazónica, mientras otro 20% está degradado. “Si ese proceso continúa, la Amazonía entraría en un proceso de sabanización; en otras palabras los árboles morirán por falta de humedad y toda Sudamérica entraría en un periodo de sequía e inseguridad alimentaria”, precisó Larrea”.

¿Qué significa innovación educativa y cómo debe abordarse en una universidad?, ¿cómo se integra lo que históricamente se ha hecho con las nuevas tendencias y con originalidad?, ¿qué capacidades organizacionales y de formación del personal académico y administrativo se requieren?, ¿la transformación digital en la educación superior es algo novedoso o es parte de esa transformación permanente que, de forma natural, viven las instituciones? En el caso de la Universidad Nacional (UNA), ¿cuáles son sus futuros posibles y cuáles las barreras que se interponen en esa ruta?

Todas estas interrogantes se abordaron en el panel Aportes para un modelo universitario en tiempos de transformación digital, que programó la Comisión Organizadora del V Congreso Universitario, el pasado 28 de noviembre, en el auditorio Clodomiro Picado Twight de la UNA, como parte de las actividades de la fase preparatoria de dicho congreso, cuya sesión plenaria está prevista para marzo de 2026.

De forma remota, Gary Cifuentes y Diego Leal, académicos e investigadores de la Universidad de Los Andes de Colombia, se refirieron a la Innovación educativa: ¿cómo definirla y promoverla? y Transformación digital en educación superior: algunas ideas.

Cifuentes abordó lo que en el contexto educativo se considera innovador y cómo debe promoverse. Entre los aspectos que supone la innovación, mencionó—citando a Kampylis y otros—que se trata de un acto intencional y deliberado, que desde la educación se refiere a cómo diseñamos escenarios posibles de manera intencionada, y cómo desarrollamos competencias para el diseño y discusión a la hora de tomar decisiones. De igual forma, recordó, parafraseando a la UNESCO, que las innovaciones deben apuntar al cierre de brechas y para generar esa cultura de la innovación son necesarias ciertas condiciones (adaptaciones, por ejemplo), que en todo caso deberían darse antes de integrar la tecnología. En el contexto universitario, la innovación debe considerar las capacidades personales para generar ideas y el fomento de una cultura de innovación.

Por otra parte, Diego Leal recordó que la transformación es una constante (“existir es transformarse”, dijo) y esto aplica para las instituciones de educación superior. Aclaró, sin embargo, que no todos se transforman al mismo ritmo y que el cambio que viene emparejado con la transformación no solo es tecnológico, pues también proviene de otras categorías (educativo, social, político, económico, ambiental) y afecta de manera personal y organizacional el presente y el futuro.

De ahí la importancia, en criterio del experto, de saber cómo gestionar estos cambios que afectan las instituciones de educación superior (por ejemplo, problemas de ansiedad de la población, desempeño del algoritmo de la inteligencia artificial, uso de tecnologías limpias) y que obligan a disponer de mayor imaginación, creatividad y nuevos enfoques. De igual manera hay cambios salientes que históricamente se resuelven con innovación educativa y que incluyen iniciativas de transformación digital que se hacen en distintas áreas, por diferentes vías y en un proceso sostenido en el tiempo. La pregunta de partida, sin embargo, para generar discusión es por qué transformarse, qué no se ha logrado y cómo acercarse a esos futuros deseables a los que se aspira.

Mariana Maggio, docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires y encargada de programas académicos en Microsoft Latinoamérica, se refirió—también de forma remota—a lo que la industria o el mercado de trabajo están esperando (de las universidades), así como las articulaciones que se deben dar con las instituciones de educación superior. Reseñó las transformaciones y nuevos problemas, y cómo impulsar la mejora y la colaboración, a partir de las nuevas dinámicas de aceleración. Destacó cuánto el ritmo de trabajo supera nuestra capacidad de ponernos al día y cómo las herramientas impulsadas por la inteligencia artificial representan una enorme posibilidad. De hecho, mostró datos según los cuales las empresas hoy prefieren contratar personas con menos experiencia laboral pero con mayores habilidades en inteligencia artificial, y en dos terceras partes de los casos, no contratarían a nadie sin tales habilidades. Invitó a leer e interpretar las resonancias curriculares que esta situación causa en la academia.

Reflexiones internas

Por parte de la UNA, Susana Jiménez, vicedecana del Centro de Investigación en Docencia y Educación (Cide), presentó un enfoque pedagógico de la transformación digital universitaria con su charla ¿Hacia dónde podemos ir? Los futuros posibles.

Recordó que la Institución ya trazó un plan prospectivo al 2040, en el que señaló el tipo de universidad que aspira a ser. Dentro de esta ruta enfatizó que el uso de la tecnología debe estar orientado a mejorar y transformar procesos, y esto requiere tecnologías para apoyar la enseñanza y el aprendizaje, tecnologías para el servicio educativo, espacios educativos expandidos y enfoques didácticos digitales.

Precisó, además, que la transformación digital, desde la pedagogía, supone una propuesta integral y sistémica de la cultura institucional, un cambio cultural, el desarrollo de competencias digitales, flexibilidad y adaptación de los entornos de aprendizaje, una estrategia institucional con liderazgos en sectores que tengan capacidad para movilizar y transformar, y acceso y equidad para reducir la brecha digital. Para ello propuso posibles estrategias a seguir.

En el contexto interno hay barreras que limitan la transformación digital. Axel Hernández, director de Tecnologías de Información y Comunicación de la UNA, se refirió a estas y las dividió en las de primer orden o externas (regulaciones legales, leyes, normativa, protección de datos) y las de segundo grado (organizacionales, humanas y tecnológicas). Pero entre los principales obstáculos citó: la falta de agilidad para brindar un respuesta en el tiempo esperado, la aversión al riesgo que afecta el modelo de innovación de tecnologías, el trabajo por silos donde cada instancia trata de resolver sus falencias por medios propios, una cultura organizacional que no estimula las competencias digitales, las limitantes económicas que impiden presupuestar lo requerido para innovar y una oferta académica desactualizada y carente de interdisciplinaridad.

Para hacer frente a las anteriores limitaciones, Hernández propone una estrategia que atienda las necesidades tecnológicas, equipos de apoyo para innovar tanto en las prácticas pedagógicas como en los contenidos curriculares, liderazgo para cambiar la cultura organizacional e incentivar el cambio y colaboración entre las diferentes instancias.

De manera resumida, Willy Castro, de la Comisión Organizadora del V Congreso Universitario, indicó que el panel ofreció una perspectiva de cómo se debe implementar una transformación digital en instituciones de educación superior, pero fue también una alerta de que se requiere una mayor integración entre el modelo académico y el modelo de gobernanza.

Las exposiciones completas se puede consultar en el sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=v--5lOIK9JE&t=121s

El apellido Al Assad, cuya familia gobernó los destinos de Siria en los últimos 53 años, arrastra una secuela de violaciones a los derechos humanos, crímenes y negocios ilícitos. El 8 de diciembre anterior marcó el fin de una era, pues el régimen colapsó y obligó a Bashar Al Assad, esposa e hijos, a tomar un avión con destino a Rusia.

Este hecho marcó un acontecimiento relevante en la guerra civil desatada 13 años atrás en este país asiático, como parte de la llamada primavera árabe, una rebelión ciudadana que se extendió a varias naciones de Medio Oriente y derrocó a presidentes autocráticos en países como Libia, Egipto, Túnez, Yemen y Sudán. En Siria, esto no fue posible.

Bashar Al Assad, en cambio, se aferró al poder con una represión que cobró la vida de más de 620 mil personas. Fue el último eslabón que se mantuvo y que, finalmente, cayó, según explicó Luis Diego Segura, académico de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA).

Sin embargo, lo que impulsó aquella necesidad de cambio en los países árabes se asemeja a cualquier cosa, menos a una primavera como tal. Incertidumbre e inestabilidad política, crisis económicas, pobreza, riesgos sanitarios y una institucionalidad frágil caracterizan el panorama interno de estas naciones.

En promedio, los siete presidentes derrocados entre 2011 y 2013 en esta región habían gobernado sus países durante 26,71 años. “Una serie de factores se unieron para dar lugar a la primavera árabe, como la crisis económica mundial de 2009, el aumento en el precio de insumos básicos, y el mayor acceso a la educación en las sociedades; todo esto contribuyó a las revueltas que ocurrieron. Al final, sí hubo experimentos democráticos interesantes, pero han durado muy poco, como en Egipto, o en el caso de Túnez, que está en una deriva autoritaria”, afirmó Segura.

El caso de Libia es similar. Tras el derrocamiento y muerte de Muammar Gadaffi, quien gobernó durante 42 años, se abrió un escenario de división social marcado por un proceso de guerra civil interna, en el que no ha habido capacidad de construcción de un gobierno central.

Segura atribuye gran parte de esa división y la falta de estabilidad política y social al hecho de que estas poblaciones están conformadas por una multiplicidad de credos, etnias y culturas, donde cada subgrupo vela por sus propios intereses. “Aunque hablemos de países árabes, no hay que caer en el error de pensar que son sociedades monolíticas, porque existe una gran diversidad en el interior de esos países”, aclaró.

Antecedentes

La historia de lo que se conoce hoy como Medio Oriente no está marcada por una tradición democrática. A inicios del siglo anterior, esta región estuvo bajo el dominio del Imperio Otomano; tras la I Guerra Mundial, se transformó en la República de Turquía.

Las luchas por una mayor independencia y autonomía, junto con la caída del Imperio Otomano, dieron lugar a un acuerdo entre Francia y Reino Unido que implicó la repartición de la mayoría de los países entre ambas potencias, sin que se avanzara hacia una sociedad unificada.

“Aquello dio lugar a múltiples tipos de sociedades donde convivían kurdos, chiitas, sunitas, otras divisiones religiosas e incluso diferentes poblaciones cristianas o judías. Un ejemplo es Arabia Saudita, que originalmente se formó a partir de clanes, con uniones familiares y líderes tribales en diferentes grupos”, explicó Segura.

La conformación de reinados dio paso al establecimiento de monarquías absolutistas como es el caso de Jordania o las naciones de la península arábiga, por ejemplo. A diferencia de las monarquías constitucionales (como los casos de España, Noruega o Reino Unido), estos gobiernos no adoptaron posturas propias de las democracias y optaron por la concentración del poder.

“Algunos procesos han sido muy tímidos, como los emprendidos en Egipto o Irán, donde, al final, la oposición no tiene capacidad de aglutinar un proceso de elección sólido. El único país que adopta características más democráticas es Israel y, de repente, Turquía, que en los últimos años ha mostrado una postura más autoritaria y concentrada en el poder, bajo el liderazgo de Recep Tayyip Erdogan”.

Incluso, el portal World Population Review identificó que, hasta la fecha, 52 países en todo el mundo están gobernados por dictaduras. Asia y África dominan en este listado, mientras que en América solo figuran Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Siria, ¿qué puede ocurrir?

Con los antecedentes históricos y más recientes de la primavera árabe, surge una gran inquietud con respecto a la situación en Siria. Luego del derrocamiento de Al Assad, el grupo de Hayat Tahir-Sham (HTS), considerado una organización terrorista por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debido a sus vínculos anteriores con al-Qaeda, ejerce un gobierno de facto en la región.

Existen algunas señales positivas, como el intento de acercar a las diferentes facciones que estuvieron en conflicto, la liberación de presos de la temible cárcel de Saydnaya, conocida por ser un sitio de tortura, y el desarme de los soldados.

La otra cara de la moneda son los ataques contra algunas festividades cristianas y la intención de HTS de posponer las elecciones por cuatro años. “Parece que hay una transición diferente, un intento para reconstruir la Constitución, desminar el país y unir a todos los grupos para negociar, pero, de momento, no está claro todo. Ellos, además, buscan que la comunidad internacional los reconozca y que se levanten las sanciones económicas que pesan sobre Siria”, agregó el académico Luis Diego Segura.

Particular atención tiene para la vecina Turquía, la posición de los kurdos, quienes ocupan territorios al noreste de Siria y, tras esta revuelta, podrían representar una amenaza para la estabilidad de Ankara. Por esta razón, en las últimas semanas se registran combates en la zona entre fuerzas kurdas y milicias sirias respaldadas por Turquía.

A pesar de lo ocurrido en Siria, Segura no prevé “grandes cambios” en Medio Oriente. Más bien, considera que la caída del régimen de Al Assad marca una especie de cierre a las rebeliones de la primera árabe, mientras países como Libia y Yemen continúan avanzando, aunque lentamente, en sus procesos hacia una mayor estabilización social y política.

Pie de foto: Manifestantes sirios derriban la estatua de Hafez Al Assad durante la revuelta que depuso al régimen dinástico que gobernó durante más de medio siglo. Foto: AP / Hussein Malla

La ciudad de Vilnius, en Lituania, fue el escenario del Festival Internacional de Música M. K. Čiurlionis, al que asistieron como invitados el académico, estudiante y pianista Randall González González, y Tamara Redondo Rodríguez, egresada de la Escuela de Música de la Universidad Nacional (UNA) y con una maestría en Música del Conservatorio Liceu de Barcelona, España.

Ambos profesionales estrenaron, el pasado 19 de noviembre, en la sala de conciertos Grand Dukes Palace, una obra del compositor costarricense y académico jubilado de la UNA, Mario Alfagüell. La pieza, escrita para piano, soprano y orquesta, fue interpretada por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio M. K. Čiurlionis.

“Cantar con una orquesta de tan alto nivel es, para mí y para cualquier músico de la región, una gran oportunidad para nuestras carreras. En Vilnius se muestra una cultura musical de mucha calidad y profesionalismo. Agradezco haber sido parte de este momento para representar a mi país”, expresó Redondo.

Por su parte, González coincidió en el orgullo de representar a Costa Rica: “Es un enorme honor representar a mi país y a la UNA en un festival internacional que posiciona no solo mi trabajo, sino también el que realiza la Cátedra de Piano en los últimos 30 años, al desarrollar el talento de cientos de pianistas y abrir espacios en este tipo de actividades. Me siento feliz y orgulloso de haber sido formado por grandes profesionales”.

Ambos artistas estuvieron acompañados por Alexandr Sklioutovsky, director de la Cátedra de Piano de la Escuela de Música de la UNA. “El trabajo de Randall y Tamara es un enorme esfuerzo para llevar y poner en lo más alto el nombre de la cultura musical de Costa Rica. Randall fue ganador del concurso La música del siglo, en 2018, donde recibió una invitación para tocar con la Orquesta Sinfónica en Lituania. No solo demostró el dominio del repertorio moderno, sino que realizó un gran trabajo con este concierto. Tamara es una cantante extraordinaria, con un dominio musical y técnico de altísimo nivel, con quien es un gusto trabajar”, afirmó.

Este festival, producido por Klasika LT, tiene como objetivo presentar a artistas internacionales, así como promover la participación de jóvenes pianistas talentosos y amantes de la música.

Mikalojus Konstantinas Čiurlionis, conocido como M. K. Čiurlionis, quien compuso más de 250 piezas musicales, es una de las personalidades más destacadas del patrimonio cultural lituano. Este festival honra su obra y legado artístico.

Pie de foto: Randall González y Tamara Redondo representaron a la Escuela de Música de la UNA, su talento fue aplaudido por decenas de espectadores. Cortesía: Randall González.

Pie de foto: La Escuela de Danza de la UNA reconoció a los graduados de sus programas de bachillerato y maestría, durante el XLI Festival de Coreógrafos Graciela Moreno.

Del 21 al 24 de noviembre el Teatro Nacional y sus alrededores, albergaron el XLI Festival de Coreógrafos Graciela Moreno, donde se estrenaron 15 coreografías y cuatro intervenciones urbanas.

La Escuela de Danza de la Universidad Nacional (UNA) hizo un reconocimiento a través de sus redes sociales a los graduados de sus programas de bachillerato y maestría. Sol Pardo Carballo, Michelle Sánchez Sancho, Yul Gatjens Arias, Luisdi Gamboa Ramírez, María Leandro, Randall Díaz Alvarado, Bryam Guzmán García, Tayrona Castiglioni Rincón, Rebeca Alvarado Soto, Vladimir Rocha Godo, Luis Barrantes Ly, Eduardo Lara Campos y Giuliana Guevara, tuvieron una destacada participación en la fiesta de la danza más longeva del país.

En esta actividad, Castiglioni obtuvo un reconocimiento como intérprete destacada, premio del Público, otorgado gracias al patrocinio de Anatradanza, por su interpretación en la obra Amorfo Idilio, coreografía realizada en conjunto con el coreógrafo Bryam Guzmán. El coreógrafo ganador, fue otorgado a Luisdi Gamboa, por su coreografía Bolsita de mis recuerdos, premio otorgado por el Teatro Nacional.

Este también fue el escenario donde la Escuela de Danza y la Compañía de Cámara Danza UNA recibieron un reconocimiento por parte de la organización del Festival y el Teatro Nacional por la conmemoración de 50 años de trabajo al servicio de la formación de profesionales de la danza y de creación artística para la promoción de la danza contemporánea en Costa Rica.

En el marco de la celebración del día del Quehacer teatral 2024, organizada por la Compañía Nacional de Teatro, el pasado 9 de diciembre, la Escuela de Arte Escénico de la Universidad Nacional (EAE-UNA), recibió un reconocimiento por “su invaluable labor como pilar en la formación de las personas del teatro en Costa Rica. Su legado y dedicación son fundamentales para el fortalecimiento del quehacer teatral en el país”.

El reconocimiento fue entregado por Brigitte Vallejos, actual directora del Taller Nacional de Teatro a Paula Rojas, directora de la Escuela de Arte Escénico de la Universidad.

Celebración

La EAE-UNA cumplió 50 años de trayectoria. En sus inicios, eran un sección adscrita a la Escuela de Bellas Artes, la cual pertenecía a la Facultad de Filosofía, Artes y Letras. La visión inicial fue la de formar personas artistas y docentes, además de generar una programación artística para la Universidad Nacional. Se aspiraba a que la universidad se convirtiera en un espacio de expresión artística, integrador y convocante dentro del campus universitario, por medio de un espacio de expresión artística.

En 1979 la Escuela de Bellas Artes se dividió en cuatro escuelas independientes, y la década de los 80 comenzó con un plan de estudios, que permitió también la creación de la licenciatura.

En la actualidad, el Bachillerato y la Licenciatura de la EAE-UNA se centran en la formación de profesionales del teatro y otras expresiones artísticas, capacitados para desenvolverse en diversos espacios escénicos. Estos incluyen tanto salas de espectáculos tradicionales como entornos arquitectónicos o urbanísticos, adaptados o diseñados específicamente para la realización de espectáculos en vivo.

Foto: Brigitte Vallejos, directora del Taller Nacional de Teatro, entregó el reconocimiento a Paula Rojas, directora de la Escuela de Arte Escénico de la UNA. Escuela de Arte Escénico Universidad Nacional.

Pie de foto: Desde niño Ervin aprendió a tocar la marimba y otros instrumentos gracias a su abuelo. Foto: cortesía Ervin Briceño.

Ervin Daniel Briceño Alfaro, de 19 años y oriundo de Cañas, Guanacaste, obtuvo la nota perfecta en el examen de admisión de la Universidad Nacional (UNA) con un puntaje de 900. Su historia es un testimonio de superación personal, determinación y transformación, gracias a la música.

El joven estudió en el Liceo Miguel Araya Venegas. Vive junto a su madre, Joselyn Alfaro, su hermano menor Bryan y sus abuelos maternos, Maritza Herra y Álvaro Alfaro, quienes son pilares fundamentales en su vida. En un entorno familiar marcado por la pasión musical, Ervin encontró su vocación desde temprana edad.

A los cuatro años, comenzó a explorar el mundo de la música junto a su abuelo y, dos años después, se unió a la banda de su escuela, donde tocó el tambor. Con el tiempo, dominó la trompeta y la marimba, esta última gracias a las enseñanzas de su abuelo, quien le inculcó el amor por este tradicional instrumento guanacasteco.

A pesar de las limitaciones económicas, la familia lo apoyó para que continuara su formación musical. Participó en el taller municipal de marimba en Cañas; sin embargo, no todo en su vida fue sencillo. Durante su adolescencia, Briceño enfrentó el desafío de caer en el consumo de drogas y alcohol, lo que lo llevó a vivir momentos difíciles, al punto de amanecer en la calle.

Con el respaldo de sus seres queridos y su fe, superó estas dificultades. “Cuando ahorro para ir a San José a recibir mis clases de percusión, regreso satisfecho porque veo cómo avanzo y cómo he podido salir adelante”, comentó Briceño, quien ahora dedica su energía a perfeccionar su talento musical y a planificar su futuro académico.

Además de tocar la marimba, domina instrumentos como la batería, el bajo, el güiro y la conga. Al revisar los resultados de admisión de la UNA y confirmar su puntaje perfecto, no pudo contener las lágrimas.

Briceño da un mensaje de esperanza para los jóvenes que enfrentan situaciones difíciles. “Pídanle a Dios; él es quien nos ayuda a salir de estas circunstancias; siempre hay oportunidades, pero hay que esforzarse y perseverar”, afirmó.

El muchacho reconoce que su éxito no sería posible sin el apoyo incondicional de su madre y abuelos. Su aspiración es recompensarlos al convertirse en un profesional destacado y utilizar su talento para inspirar a otros. “Quiero componer, dar conciertos y apoyar a jóvenes que dejaron sus estudios. Les digo: sigan luchando por sus sueños, no se desanimen. Cada derrota es una oportunidad para mejorar”.

Pie de foto: Más de 150 mil habitantes de Heredia y sus alrededores se beneficiarán con el Monedero SINPE-TP. Foto: Randall Hernández.

Quienes viajen a la Universidad Nacional (UNA) en Heredia y utilicen el transporte público de autobuses o trenes, pueden pagar el servicio de forma electrónica con una nueva tarjeta prepago Monedero SINPE-TP, un plan que está en marcha y se espera que esté concluido durante el segundo trimestre de 2025.

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) presentó este sistema el pasado 16 de diciembre en el auditorio Clodomiro Picado de la UNA. Carlos Melegatti, director de Sistemas de Pago del BCCR, afirmó que “Costa Rica es ejemplo con un sistema integrado de pagos” y agregó que “en cada ciudad de Estados Unidos hay procedimientos diferentes, sucede igual en Europa y eso hace que se deba cargar con muchas tarjetas. Este método lo resuelve”.

Según datos del Banco Central, en el país cerca del 90% de la población mayor de 18 años tiene al menos una tarjeta bancaria. El público está familiarizado con el uso de tarjetas de débito y crédito sin contacto. El sistema también permite pagar con teléfonos inteligentes y relojes.

El Banco de Costa Rica y MasterCard son las entidades que emitirán las nuevas tarjetas Sinpe TP, y pronto todas las líneas de autobuses contarán con los lectores correspondientes.

El vicerrector de Extensión de la Universidad Nacional, Martín Parada Gómez, indicó que “las organizaciones públicas y privadas deben establecer alianzas para el uso y dotación de recursos, con el fin de alcanzar bienestar social. Este sistema garantiza rapidez y conveniencia a los usuarios en transacciones donde no es necesario el efectivo”.

La iniciativa beneficiará a más de 150 mil habitantes de Heredia, Santo Domingo y Tibás, y estará disponible en 206 unidades de la Cooperativa Autobuseros Nacionales Asociados R.L.(Coopana R.L.), Transvi S.A., Microbuses Rápidas Heredianas S.A., Transportes Unidos La 400 S.A y, Autotransportes Los Lagos Heredia S.A.

Con estas compañías autobuseras, el país registra ya 25 empresas de transporte masivo de pasajeros que operan con el SINPE-TP en el Gran Área Metropolitana (GAM), para un total de 1.356 autobuses; además, los trenes del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), también permiten el pago electrónico.

Los autobuseros resaltaron las ventajas para usuarios y conductores entre los que mencionaron la rapidez al momento de pagar y portar poco efectivo, lo que ayuda a evitar asaltos a conductores, así como a eliminar focos de transmisión de enfermedades.

En noviembre anterior, la Universidad Nacional (UNA) anunció la apertura del Bachillerato en Educación Rural y dos técnicos, diseñados para responder a las demandas de formación profesional en el cantón de San Carlos.

La apertura de esta oferta académica, con la que se busca fortalecer el desarrollo social y económico del cantón, mediante la capacitación de estudiantes en áreas estratégicas, se dará a partir de este mes en el Ecocampus de la Universidad Técnica Nacional (UTN) en Ciudad Quesada.

La oferta incluye el Bachillerato en Educación Rural para I y II ciclo, con opción a diplomado y licenciatura, y dos técnicos: uno en inglés con nivel B1 para la empleabilidad, y otro en Gestión de Procesos con énfasis en Manufactura Médica. La carrera tiene una duración de seis años (hasta la licenciatura), mientras que los técnicos se desarrollarán en un período de 10 meses, según explicó el rector de la UNA, Francisco González.

En coordinación con la Dirección Regional de Educación, la UNA destinará 100 becas para los técnicos, distribuidas en 50 por cada especialidad. Estas ayudas serán dirigidas a estudiantes de colegios públicos y técnicos que se encuentren en situación de vulnerabilidad social. Para el Bachillerato en Educación Rural, 35 estudiantes podrán matricularse, seleccionados según los resultados de la prueba de admisión.

Tras destacar la importancia de esta iniciativa para la empleabilidad del cantón, el rector agregó que “estas oportunidades (la formación técnica) se coordinaron directamente con la comunidad sancarleña a través de la Agencia para el Desarrollo de la Zona Norte, y la carrera en educación también responde a las necesidades que el mismo Ministerio de Educación Pública (MEP) ha venido manifestando, y que impartimos desde hace mucho tiempo con una gran experiencia”.

Además, González dijo que estas alianzas son posibles gracias a un convenio en conjunto con el Consejo Nacional de Rectores (Conare). “Hemos suscrito un convenio que facilita el uso compartido de las instalaciones de todas las universidades públicas. Reconocemos que San Carlos es un polo de desarrollo para toda la zona norte y que es fundamental facilitar desde la Universidad Nacional la formación de profesionales no solo para el presente si no para el futuro”.

El diputado Joaquín Hernández, del Partido Liberación Nacional, así como Rodolfo Alpízar, representante de la Agencia para el Desarrollo de la Región Huetar Norte (ADENORTE), resaltaron la importancia de esta oferta como un paso clave para ampliar las oportunidades educativas en San Carlos y promover el progreso regional.

Pie de foto: UNA impartirá una carrera y dos técnicos en la sede de San Carlos de la UTN. Foto: Grettel Corrales Corrales, Oficina de Comunicación UTN.

Pie de foto: Comercio y Negocios Internacionales es una carrera acreditada de la UNA que empezó en 2009; desde entonces presentan una alta demanda estudiantil. Foto Johnny Núñez

Hace tres meses, la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA) tuvo un acercamiento con parte del sector empresarial, productivo y empleador para presentar los avances del rediseño de la carrera de Comercio y Negocios Internacionales, que se espera esté listo para 2026. Su objetivo es formar profesionales en el ámbito del comercio y los negocios internacionales, cimentados en los ejes de solidez técnica, destrezas prácticas y visión integral de los mercados para contribuir al desarrollo del país y la sociedad.

La apertura del evento estuvo a cargo de Marco Méndez, director de la Escuela de Relaciones Internacionales; Viviana Gómez, en representación de la vicerrectoría de Docencia, y la académica Viviana Santamaría, quien presentó la propuesta de rediseño. También se contó con la participación de empresas e instituciones como CADEXCO, Cámara de Comercio-Holandesa, Cámara Costarricense de Comercio e Industria (AHK Costa Rica), Chain Logistic, COMEX, CRECEX, FoundEver (Sykes), King Ocean, Kuehne + Nagel, MANPOWER, Mi Copita, Ministerio de Economía, Industria y Comercio, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, OLO, PROCHILE y XPD GLOBAL (Europartners) y Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Gómez, coordinadora del equipo de diseño e innovación curricular de la vicerrectoría de Docencia de la UNA, explicó que la UNA apostó por generar una estrategia de innovación y de transformación curricular que implica la revisión de todas las propuestas curriculares de pregrado, grado y posgrado. “A la fecha, después de cuatro años de implementación de la estrategia, se actualizaron o revisaron el 80 % de la oferta académica, donde la Escuela de Relaciones Internacionales se comprometió a consolidar una estrategia de innovación y transformación curricular de todas sus carreras”.

Viviana Santamaría, coordinadora de la comisión ad-hoc del diseño y actualización del plan de los estudios en Comercio y Negocios Internacionales, indicó que después de 15 años de ofertar la carrera, era necesario un cambio que respondiera a las nuevas reglas del mercado internacional, como la forma de cerrar los negocios en un mundo cambiante, lo cual requiere que la academia atienda esas necesidades lo más pronto posible.

Valoración del empleador

Karina López, gerente país de ManpowerGroup, externó que es un gran paso, para adaptarse a las necesidades y demandas del sector empresarial y las solicitudes que tienen las grandes compañías de tener personal o colaboradores más capacitados y más cercanos a las nuevas tendencias como del big data, análisis y comercio electrónico, entre otros.

Kimberly Guido, gerente de la empresa Chain Logistics de Costa Rica, agregó que “este cambio beneficiará a los estudiantes, así como en lo relacionado con la implementación, todo lo que son los procesos y las materias que aporten a al desarrollo y el conocimiento de los estudiantes es lo óptimo”.