e-ISSN: 2215-2563 Número 61E (3) Especial CLAG • Julio-diciembre 2018 Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rgac.61-3.5 Páginas de la 97 a la 109 del documento impreso Recibido: 27/6/2018 • Aceptado: 16/7/2018 |
La ecología política como enfoque para el estudio geográfico del ecoturismo en los Tuxtlas, México
Political ecology as an approach for the geographical research on ecotourism in los Tuxtlas, Mexico
Christoph Neger1
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Resumen La región de Los Tuxtlas, una de las áreas con mayor biodiversidad en México, fue declarada reserva de la biosfera en el 1998. Desde entonces, en la reserva se ha impulsado el ecoturismo, para promover tanto la conservación como el desarrollo humano. A pesar de que en algunas localidades se han tenido efectos positivos desde el punto de visto ecológico, el ecoturismo no ha logrado establecerse como una opción económicamente viable para la población local. Esta limitación pone en cuestión la sustentabilidad de la actividad ecoturística en el área en general e impide que sus beneficios ecológicos se puedan extender en la escala regional. Para analizar las causas de esta situación, el presente trabajo introduce el enfoque de la ecología política, el cual permite analizar el papel de los actores externos involucrados en múltiples escalas que fomentan u obstaculizan el desarrollo del ecoturismo. Los resultados se basan en métodos de trabajo de campo cualitativo, particularmente entrevistas semiestructuradas con expertos locales. Palabras clave: ecoturismo, áreas naturales protegidas, ecología política, Los Tuxtlas, México Abstract The Los Tuxtlas region, one of the most biodiverse areas of Mexico, was declared a biosphere reserve in the year 1998. Since then, ecotourism has been promoted in the reserve, in order to promote both conservation and human development. While from an ecological point of view, it has had positive effects in some localities, ecotourism has not achieved to establish itself as an economically viable option for the local population. This limitation puts into question the sustainability of ecotourism in the area in general and inhibits that its ecological benefits could be extended further on the regional scale. In order to analyse the causes of this situation, the present investigation introduces the approach of political ecology, which allows it to analyse the role of external actors involved in multiple scales, assisting or hindering the development of ecotourism. The results are based on methods of qualitative fieldwork, particularly semi-structures interviews with local experts. Keywords: ecotourism, protected natural areas, political ecology, Los Tuxtlas, Mexico. |
Introducción
El ecoturismo ha sido promovido como una herramienta para armonizar el desarrollo humano y la conservación de los recursos naturales. Aunque existen casos de éxito que demuestran el potencial que tiene la actividad ecoturística para alcanzar esta meta (Honey, 2008), en México sus efectos positivos han sido limitados debido a que, en la mayoría de los casos, no se ha logrado que el ecoturismo sea económicamente sustentables (cp. SECTUR, CESTUR y UAM, 2007; López y Palomino, 2012). Tal es el caso de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, donde desde finales de los años 80 se han desarrollado iniciativas de ecoturismo, tanto privadas como comunitarias. Desde ese entonces, la actividad ecoturística ha demostrado tener un papel benéfico para la conservación ambiental en el área. Sin embargo, los efectos positivos hasta ahora han sido limitados a ciertas localidades, pero el ecoturismo no se ha podido establecer como una herramienta importante para la conservación a gran escala debido a la falta de viabilidad económica (Díaz-Carrión y Neger, 2014).
En el presente artículo se argumenta que el desarrollo del ecoturismo está influenciado tanto positiva como negativamente por una amplia gama de actores externos. Para analizar su papel, se introduce el enfoque de la ecología política, el cual estudia sus implicaciones e interacciones en múltiples escalas espaciales. De esta manera, se pretende alcanzar una comprensión más profunda de los problemas y limitaciones del ecoturismo. El artículo inicia con una descripción del área de estudio, seguido por el marco teórico-conceptual. En la siguiente sección se explica cuál fue la metodología utilizada para el levantamiento de datos en campo. A continuación, se exponen resultados del análisis de los datos. El artículo termina con una discusión de las conclusiones que se pueden derivar de estos resultados.
Área de estudio
La Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, establecida en el año 1998, está ubicada en el estado de Veracruz y tiene una superficie de 155,122 hectáreas (CONANP, 2006). Dentro de sus límites se extiende la Sierra de Los Tuxtlas, cuyas condiciones geomorfológicas y climáticas causan la presencia de diferentes tipos de vegetación, incluyendo selva alta perennifolia, bosque mesófilo de montaña y manglar, y la hacen un área altamente biodiversa. No obstante, los recursos naturales de la reserva son fuertemente amenazadas, en primer lugar debido a la expansión de la ganadería (Guevara et al., 2004).
Figura 1. Población y delimitaciones político-administrativas de Los Tuxtlas.
Fuente: Elaboración con base en INEGI (2017) y CONANP (2015).
La Figura 1 demuestra la delimitación de la reserva, y su zonificación incluyendo tres zonas núcleo con un uso restringido de los recursos naturales. El resto del área natural protegida es zona de amortiguamiento, donde sí se permiten las actividades económicas como la agricultura, la ganadería, la pesca, y el turismo, siempre y cuando se practiquen de una manera sustentable (CONANP, op. cit.). Se puede ver también que en toda esta zona hay población humana. En total, en el 2010, dentro de los límites de la reserva habitaron 28,611 personas (cálculo con base en INEGI, 2012). Gran parte de esta población está empleada en actividades agropecuarias, las cuales en la forma como se practican dañan el medio ambiente. Para alcanzar una conservación eficiente de los recursos naturales de la reserva, por lo tanto, es preciso que la población encuentre alternativas económicas amigables con el entorno. El ecoturismo, como lo plantea el plan de manejo de la reserva, puede ser una de ellas (CONANP, op. cit.).
Marco teórico-conceptual
El ecoturismo como estrategia de conservación ambiental. El objetivo principal del ecoturismo es encontrar una armonía entre el desarrollo humano y la conservación de la naturaleza. Por eso, en las áreas naturales protegidas se fomenta esta actividad como una estrategia de conservación. El concepto surgió en los años 80 del siglo pasado (Honey, 2008; Weaver, 2006). Desde entonces, el ecoturismo se ha vuelto un fenómeno global. Sin embargo, no se ha quedado libre de críticas, debido a que muchas veces el término se usa con fines de propaganda turística para promover productos de turismo convencional, dañinos para el medio ambiente (cp. Liu, 2003, de la Maza et al., 2013). Sin embargo, como escribe Honey (op. cit.), existen casos donde sí ha tenido éxito y, por ello, el hecho de que el concepto haya sido aplicado incorrectamente en algunos casos no justifica que sea desechado. Lo que es muy importante es desarrollarlo de manera cuidadosa, consciente de los efectos adversos que se puedan causar, y definir el concepto en términos claros y aplicables. En este contexto, una de las definiciones oficiales más importantes es la de la Cumbre Mundial de Ecoturismo, organizada en el 2002 en Quebec, Canadá, con participantes de 132 países, donde se definió, de manera resumida, que el ecoturismo es una forma de turismo sustentable que contribuye directamente a la conservación, donde la interpretación de la naturaleza y del patrimonio cultural juegan un papel central y que se desarrolla con participación y a beneficio de la población local (PNUMA y OMT, 2002).
El análisis de los actores desde la ecología política. La ecología política como eje principal de análisis se eligió debido a su utilidad para la presente investigación, con su énfasis en los actores y en las diferentes escalas de análisis así como su postura crítica y socialmente comprometida. Se originó en el ámbito intelectual y político de los años 60 y 70 del siglo pasado, caracterizado por el debate emergente acerca del deterioro del medio ambiente y de la limitación de los recursos naturales. Las explicaciones de estas problemáticas predominantes en aquella época tomaron posturas simplistas y supuestamente objetivas y apolíticas – como el debate de la sobrepoblación en los países del así llamado “tercer mundo” – sin poner en cuestión las relaciones de poder y condiciones de mercado globales. La ecología política como tal se fundó a mediados de los años ochenta con los trabajos de los geógrafos anglófonos Michael Watts, Piers Blaikie y Harold Brookfield, como corriente científica alternativa a estas “ecologías apolíticas” (Brenner y Hüttl, op. cit.; Bridge et al., op. cit.; Gregory et al., 2009; Robbins, 2012).
La ecología política intenta analizar el medio ambiente politizado, donde los diferentes actores compiten por acceso a y control sobre los recursos naturales (Brenner y Hüttl, op. cit.), lo cual resulta en una distribución desigual de los costos y beneficios que conlleva el cambio ambiental (Gúzman et al., op. cit.). Por lo general estos actores se distinguen entre los que están basados en el ámbito local y los externos. En muchos casos, sobre todo en investigaciones de índole geográfica, los actores externos se diferencian además de acuerdo a diferentes niveles espaciales como se demuestra en la Figura 2 (Brenner y Hüttl, op. cit.; Krings, op. cit). Los efectos de las acciones de los tomadores de decisiones a nivel local, como escriben Gregory et al. (op. cit.) están relacionados con las otras escalas espaciales a través de “cadenas de explicación”.
Mientras que en sus orígenes, la principal preocupación de la ecología política fue la identificación de las causas de la destrucción ambiental, más adelante ha ampliado su campo de interés. Entre otras cosas, hoy en día los estudios de ecología política también tratan de estrategias de conservación, como trabajos acerca de áreas naturales protegidas de Brenner y Hüttl (op. cit.) y Brenner y Job (2012) o, más específico, del ecoturismo como instrumento de conservación en áreas naturales protegidas, como en los trabajos de Cohan (2007) y Gúzman et al. (op. cit).
Figura 2. Escalas de análisis de la ecología política
Fuente: Elaboración con base en Krings, 2008.
Marco metodológico
Los resultados de este trabajo se basan en métodos del trabajo de campo cualitativo. Como primer paso se realizaron seis entrevistas semiestructuradas con expertos locales – directores de las oficinas de turismo locales y de la reserva de la biosfera, y presidentes de asociaciones turísticas de la región – para obtener un panorama general de la actividad (eco-)turística en el área. A continuación, con base en una lista de indicadores se determinaron 14 sitios en la reserva como genuinamente ecoturísticos. En cada uno de estos sitios, se realizaron entrevistas con un representante de los centros ecoturísticos identificados, en las cuales se identificaron los actores externos involucrados y se preguntó de qué manera habían impactado en el desarrollo de la actividad ecoturística. Se inició con preguntas cerradas, para permitir una comparación exacta con los resultados de los otros centros ecoturísticos, seguidas por preguntas abiertas para profundizar en asuntos de interés que surgieron de las respuestas a las preguntas cerradas.
Resultados
En total se pudieron identificar 90 actores externos involucrados en el ecoturismo en la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas. A manera de resumir, no obstante, aquí solo se pretende detallar el papel de los más importantes. Con inspiración en los trabajos de Cohan (op. cit.) y Brenner y Job (op. cit.) en otras áreas naturales protegidas de México, se diseñó un nuevo modelo para visualizar el involucramiento de los actores con los centros ecoturísticos (véase Figura 3), el cual permite ver en qué escala espacial están situados, qué importancia tienen y cómo se ve su relación con los centros ecoturísticos. Adicionalmente, se clasificó a los actores en cuatro grupos.
Figura 3. Los actores involucrados en el ecoturismo en Los Tuxtlas.
Fuente: Elaboración con base en el trabajo de campo.
Un grupo muy poco representado con respecto al involucramiento con el ecoturismo en Los Tuxtlas, en comparación con otras áreas naturales protegidas, son las organizaciones no gubernamentales (ONG). Únicamente en el ámbito regional existe el involucramiento de dos asociaciones que colaboran sinérgicamente con los centros ecoturísticos en actividades relacionadas a la conservación del medio ambiente. También en cuanto al sector empresarial hay muchos actores con los cuales se tiene una colaboración benéfica, sobre todo con las plataformas de reservaciones en línea que cobran importancia en los últimos años, los prestadores de servicios de transporte y los operadores turísticos en diferentes ámbitos espaciales. Solo en un caso se han reportado dificultados, con respecto al operador turístico Red de Ecoturismo Comunitario de Los Tuxtlas (RECT), situado en la ciudad de México, y enfocado específicamente en la promoción del ecoturismo de la región. Se le criticó de tratar de llevar a los centros ecoturísticos a una dependencia insostenible, y de una repartición injusta y poco transparente de los ingresos obtenidos. Por estas razones varios de los centros ecoturísticos después de algunos años han abandonado su cooperación con este actor, solo en dos casos los representantes sostuvieron que aun así los beneficios de trabajar en conjunto con la RECT eran mayores que las desventajas.
Con otros prestadores de servicios de hospedaje y alimentación en el nivel regional ha habido intentos de cooperación. No obstante, éstos hasta la fecha han sido obstaculizados por el hecho de que se ve a los centros ecoturísticos como competencia en lugar de ser un servicio adicional que le da un valor agregado a la región. En el caso de los medios de comunicación, hay ciertas revistas y canales de radio y televisión que han ayudado a promocionar el ecoturismo, pero al mismo tiempo, los representantes de los centros ecoturísticos señalaron que la prensa amarillista ha propagado una imagen distorsionada de la región como altamente insegura para el turismo.
Un grupo con el que las relaciones han sido sumamente benéficas ha sido el de las instituciones educativas y académicas, en todos los niveles espaciales, menos el internacional. El enfoque de las colaboraciones difiere en cada nivel: en el local se trata principalmente de colaborar en la impartición de educación ambiental a alumnos locales; en el regional de la capacitación de los integrantes de los centros ecoturísticos; y las instituciones en el nivel estatal y nacional apoyan principalmente mandando grupos de estudiantes como visitantes en temporadas de poca afluencia turística.
Finalmente, el grupo más importante y al mismo tiempo más controversial es el del sector gubernamental. Con respecto a las autoridades locales de las comunidades donde se encuentran los centros ecoturísticos, en la mayoría de los casos la relación es positiva o neutral. Los gobiernes en general, en el nivel federal, estatal y municipal (siendo el más importante el de Catemaco donde se encuentran 10 de los 14 centros de ecoturismo) son vistos como actores impeditivos debido al incumplimiento de su responsabilidad de proveer condiciones propicias para el turismo, sobre todo con respecto a las vialidades y la seguridad pública. Además, se critica la poca importancia que se le da al sector ambiental, manifiesto por el mínimo porcentaje que éste ocupa en la distribución de los presupuestos de los gobiernos. Ciertos órganos de gobierno se mencionaron de manera específica por obstaculizar el funcionamiento del ecoturismo, especialmente la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), por no reaccionar ante denuncias de los integrantes de los centros ecoturísticos que realizan actividades de monitoreo y vigilancia ambiental, y la Secretaría de Turismo (SECTUR), por su falta de interés en promover el ecoturismo.
No obstante, también existen ciertas instituciones gubernamentales que son vistas de manera más positiva y que han apoyado considerablemente al ecoturismo, tanto con recursos económicos, asesoría, capacitación y promoción turística. Se trata de la Comisión Nacional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). Sin embargo, aparenta que muchas de sus acciones son puntuales, sin continuidad y es escasa la coordinación interinstitucional. Además, se presume que la cantidad de los recursos destinados al apoyo del ecoturismo en algunos casos se ha visto reducida considerablemente debido a las malas prácticas de manejo de los recursos.
Discusión de resultados
En la presente investigación se aplicó un enfoque de ecología política al análisis de los actores externos involucrados en el desarrollo del ecoturismo en Los Tuxtlas, el cual probó ser apropiado para clasificar y evaluar su papel, debido a su postura crítica y su mirada multiescalar. Se encontró que el ecoturismo ha sido apoyado por actores gubernamentales y por instituciones académicas y educativas, y en menor medida ha colaborado con organizaciones no gubernamentales y con empresas. Con respecto al sector empresarial existen algunas problemáticas que frenan el desarrollo turístico, sin embargo, no se han reportado casos de empresas turísticas o de otra índole que dañen el patrimonio natural del que depende el ecoturismo y que pretende conservar. El sector gubernamental es el más importante para el apoyo al desarrollo de la actividad ecoturística, pero al mismo tiempo el más controversial. Si bien algunas dependencias, en el nivel federal, estatal y regional, han fomentado a los centros ecoturísticos, sobre todo la dirección de la reserva de la biosfera, esto ha sido contrarrestado por problemáticas de falta de coordinación y de continuidad y por las malas prácticas en el manejo de los recursos públicos. El mayor problema, sin embargo, es el porcentaje mínimo que se destina a las instituciones del ramo ambiental, el desinterés por parte de otras instituciones como de la Secretaría de Turismo federal, y la falta de condiciones básicas para el desarrollo turístico, en cuanto a la infraestructura vial y la seguridad pública, responsabilidad en primer lugar del gobierno federal y estatal.
Referencias
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1 Maestro en Desarrollo Urbano y Regional Sustentable (Universidad de Graz). Posgrado en Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Correo electrónico: ch.neger@gmail.com
Este artículo corresponde a la ponencia presentada en el 35th Conference of Latin American Geographers realizada en San José, Costa Rica del 20 al 22 de mayo del 2018.